lunes, 23 de enero de 2017

Masters - Libro 1/Capítulo 2 : Entrenamiento

Perdido en el interior de la ciudad se encuentra una pequeña puerta, esta lleva a una escalera que una vez superada da a un pasillo, a la izquierda se encuentran los baños y vestidores, a la derecha una oficina que cumple tareas administrativas, y si sigues el pasillo te encontraras con un enorme salón con el piso de madera donde solo se escuchan gritos y choques entre espadas de práctica. Así es el dojo en el que practica Juan, a la vista de cualquiera un lugar invisible, sin embargo es uno de los más respetados de todo Didaskalo1. Al punto que a los profesionales que salen de este los llaman “Monstruos de Oroi”.

Me encuentro en el pasillo antes de entrar al salón, esperando a que terminen las practicas, recordando borrosamente todo lo que ocurrió ayer, todavía me debato si fue un sueño o realidad, pero eso no importa, da igual que me haya vuelto loco, si Juan corre peligro por mi culpa, merece saberlo.

Dirigí mi mirada hacia Juan, estaba practicando peleas con otros, los dos se encontraban cara a cara, se notaba claramente que su oponente era un novato, fue casi un destello Juan se abalanzó sobre él, amagando apuntar a su cabeza, y en el momento en el que su oponente trato de defenderse cambio la dirección del golpe para pegar en su estómago. Fue tan fuerte que el sonido de la armadura retumbó por toda la sala, venció a su oponente sin mayor esfuerzo.

También habíamos hablado sobre eso, la fama del dojo le trajo cosas buenas pero también malas, principalmente alumnos que vienen a entrenarse aquí buscando progresar fácilmente, cosa que se puede ver claramente, hay un grupo de tres o cuatro que siempre vencen y todos los demás únicamente son derrotados, seguramente la gran mayoría de estos al final del mes renuncien, también le trajo la envidia de otros dojos y ciertos problemas económicos.

Mientras tanto desde la calle una mujer de cabello largo, oscuro como la noche, y extremadamente alta vigilaba la puerta del dojo, esa mujer era “Loca”, vestida de civil, cumpliendo las ordenes que su Master le había dado “Síguelo y ayúdalo a sobrevivir, lo necesito vivo para mi campaña”, ignoraba cuales eran las intenciones detrás de esas palabras, pero desde luego sabía la importancia de que cumpla correctamente su tarea.

Se acercaban las once de la noche y el sensei decidió dar por finalizada la clase, todos se sentaban sobre sus piernas en fila y hacían reverencias hacia el sensei que se encontraba en el frente, él se despedía y podían retirarse. Quedaba claro el cómo los más nuevos volvían rápido a cambiarse, mientras que los que siempre ganaban pareciera como si no quisieran dejar el dojo.

Cuando Juan paso frente a mí, me saludo y me pidió que esperara hasta después de cambiarse, obviamente estuve de acuerdo.

Una vez salió del vestuario nos dirigimos a la calle hablando, principalmente poniéndonos al día sobre nuestra vida, fue así como le invite a un café. Al principio se extrañó, pero luego acepto encantado. Nos dirigimos a la cafetería más cercana, esta se encontraba completamente vacía, algo esperable por la hora, pero era la mejor situación para tratar un tema tan delicado, yo pedí un café y Juan una gaseosa.

Fue una pregunta la que corto con nuestra agradable charla “¿Y para que viniste a verme?”, era una pregunta razonable a la que me costaba dar respuesta, no sabía por dónde empezar. Sencillamente se me dificultaba contar una historia que incluso a mí me costaba creer, sin embargo tenía que decírselo, era necesario que sepa el peligro que corría, siempre he pensado que el camino más corto entre dos puntos es una línea recta, y aunque me pese ahora tenía que aplicarlo, así que sencillamente se lo relate de principio a fin, todo lo que me había ocurrido el día anterior, todo lo que me dijo Alejandro, todo lo que sabía.

Fue como un frenesí, no me detuve a profundizar mucho en detalles pero le conté lo suficiente, y su respuesta fueron risas, luego me dijo “¿y que más me querés contar?”, respondí violentamente “Si te digo esto es porque podes morir, no te lo tomes como una joda”, bebió un poco de gaseosa y se dirigió hacia mí “Mira, si necesitas ayuda con algo me la podes pedir directamente. No necesito que te inventes toda esta historia”, no sabía muy bien cómo responder, dado que yo posiblemente diría lo mismo en su situación, pero tampoco podía dejarlo así.

“Recuerdas ese día hace 10 años”, el me miró fijamente como si estuviera escuchando hablar  a una especie de brujo, yo continúe “¿Ese día en el que obtuviste tu espada? Estábamos en el patio de mi casa jugando, haz memoria, seguro lo recuerdas”, bajo la cabeza y se puso pensativo para luego responderme “No me acuerdo”, su respuesta fue fría como el hielo, pero yo continúe “Mira hace 10 años esa espada se formó con partes de tu cuerpo, puede parecerte la explicación de un loco, pero debería ser suficiente para que siquiera consideres lo que te digo”, Sin embargo no obtuve respuesta alguna.

Por lo menos lo intente, antes de irme tenía que decirle algo más “Lo siento”, necesito disculparme con él “En ese momento no sabía lo que hacía y creo que te condene para siempre, ahora ya no podrás tener la vida que quieras, al fin y al cabo si yo muero se acabó” agache mi cabeza para ocultar mis lágrimas, fue en ese momento cuando Juan levanto la voz “Ya te dije que si necesitas mi ayuda solo tienes que pedírmela”, y agrego “No sé quiénes son los que te persiguen, pero de igual forma te protegeré, recuerda que somos amigos”.

Se levantó de la mesa junto con su espada “Además, una espada que pasa 10 años sin romperse, me hace creer un poco más tu historia”, ante este comentario tan solo pude reírme, pareciera que desde el suceso de ayer me olvide completamente de mi fiel amigo de la infancia,  el continuo “¿Y quiénes son esos que te persiguen?”, Respondí muchísimo más tranquilo “no lo sé, según entiendo cada Master tiene dones diferentes y se buscan matar entre ellos”.

Juan me miró fijamente y me recrimino “Acaso no confías en mis capacidades como aspirante a Monstruo de Oroi”, ante tal respuesta no se me pudo evitar escapar unas risas “Pero que decís si vos nunca vas a las competencias” y él respondió “Por eso soy un aspirante” luego se explicó “La gente teme al dojo Oroi, dicen que es un lugar donde nacen monstruos, vienen al dojo con las expectativas de que se  les va a enseñar a destruir a sus rivales, y no se dan cuenta de que cuando los catalogan de Monstruos se están limitando a ellos mismos”

“Jamás vencerán a uno de esos monstruos por que se convencieron de que son insuperables, abandonan sus dojos con las expectativas de entrenar aquí y ser invencibles, pero no se dan cuenta que lo único que te hace fuerte es el esfuerzo y el entrenamiento, la gente prefiere rendirse y culpar a los demás, a intentar superar las barreras que están muy altas”, mira a su espada, “Desde el momento en el que me diste esta espada me plantee practicar con ella y eso fue lo que me hizo que entrar en el dojo, te debo gran parte de mi vida, y créeme que la usare para protegerte”



Notas al pie:
  1. Didaskalo es el continente en el que se lleva a cabo la historia y está conformado por dos ciudades y su terreno es principalmente montañoso, limita al oeste con un desierto y al este con otro continente llamado Daimon.

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