En
un día normal como cualquier otro, vuelvo a mi casa caminando después del
colegio, las calles se tiñen del naranja característico que anuncia la
despedida del sol, a medida que me voy alejando del casco céntrico de la ciudad
se hace menos frecuente encontrarme con otros transeúntes.
Me
encuentro intranquilo, desde hace rato vienen detrás de mi dos personas, ambas
vestidas con gabardinas negras y sombreros que no me dejan ver sus rostros.
Desde luego destacan dentro del ambiente, pero no me había preocupado de ellos
hasta ahora, cuando tras más de diez cuadras caminando siguen mi recorrido y yo
cada vez me encuentro más solo, no pude evitar preocuparme.
Se
encuentran a menos de una cuadra de distancia, a la lejanía parecieran ser
iguales pero tras echar varios vistazos me fije que uno es más alto, y el otro
posee una estructura muscular más desarrollada. Claramente ambos son adultos y
guardan sus manos en los bolsillos de sus gabardinas, algo ocultan.
Ya
intente aumentar la velocidad de mi paso y ellos de manera sistemática
mantuvieron la distancia entre nosotros, a eso se suma que cada vez hay menos
personas a mi alrededor y todavía estoy lejos de casa. Están esperando una
oportunidad para hacer algo y no sé qué, pero si lo ocultan será porque no es
bueno.
Caminaba
perdido en mis pensamientos y fue el silencio lo que me devolvió a la realidad,
un silencio propio de no tener a nadie a tu alrededor, tal silencio como ese en
el que todo se queda quieto y solo se escucha al viento rozar las copas de los árboles.
No
necesitaba verlo, sabía que no había nadie más en la calle, igualmente me di
vuelta para convencerme de que fuera verdad, y pude ver como ambos venían hacia
mí, no me quedaba otra opción, debía correr.
Sencillamente
lo hice, corrí tan rápido como pude con la esperanza de encontrarme con
alguien, obviamente mis perseguidores me siguieron. Jamás me había destacado
por mi estado físico, sin embargo, estaba dándolo todo con tal de evitar que me
atrapen, y supongo que fue ese esfuerzo el que me permitió resistir y mantener
la distancia que nos había separado hasta ahora, sin embargo sabía que
corriendo no podría escapar.
Trace
un plan, correría con todas mis fuerzas en la actual dirección con la finalidad
de sacarle más de una cuadra de distancia, en ese momento tomaría la esquina a
mi derecha, de ahí en más se pueden presentar dos situaciones.
Puede
que me consiga meter en alguna tienda o callejón y esperar a que me pierdan o,
en caso de no encontrar ninguno, gastar toda la resistencia que me quede en un
pique que me permita llegar hasta la siguiente esquina e irme a la derecha, de
manera que no logren ver hacia donde fui y tener cierto margen de tiempo. La
posibilidad de encontrar alguien que me ayude está prácticamente descartada, más
bien, mi subsistencia no puede depender de una posibilidad.
Por
la adrenalina pude alejarme casi una cuadra mas de distancia de ellos y sabía
que posiblemente no tendría otra oportunidad, sin despegar la vista de mis
perseguidores doble en la esquina y fue en ese preciso momento cuando sentí un
impacto, tan fuerte que me echo hacia atrás, había chocado con algo.
Fue recién
cuando mire hacia el frente que me di cuenta de que no choque con “Algo” sino
con “Alguien”. Un hombre vestido de forma similar a mis perseguidores pero
mucho más corpulento se interponía en mi camino, el choque fue tan fuerte que
me tiro al suelo, sin embargo él no se inmutó.
Sin
mediar palabra introdujo su mano dentro de su gabardina buscando algo en un bolsillo
interno. Luego de pocos segundos, saco una escopeta de doble cañón recortada¹ y
sin vacilar apunto el cañón del arma directamente a mi cabeza, no dijo nada ni
demostró expresión alguna.
Me
quede paralizado, sabía que si hacia algo sencillamente me dispararía. Pude ver
en las sombras proyectadas en la vereda dos siluetas detrás de mí y al dar
vuelta mi cabeza para poder apreciarlas correctamente pude ver de reojo a mis
perseguidores. Lo único que sentí después de eso, fue un golpe frio en mi nuca
y todo se volvió negro.
Poco
a poco fui abriendo los ojos, estaba todo oscuro y a mi alrededor había
personas vestidas igual que mis perseguidores. Las paredes eran de chapa
ondulada, de color verde, y algo oxidadas, parecía que estaba en un contenedor.
Me encontraba sentado sobre mis piernas, con mis manos hacia adelante agarradas
por esposas.
Casi
instintivamente intente levantarme, pero al tratar me di cuenta de que algo
agarraba mis piernas. Probé forcejear, pero me detuve al sentir un frio cañón
en mi coronilla².
Tras eso una voz femenina me dijo “Yo que tu no haría eso, chico”, sabía que si
no le hacía caso podría morir, así que no discutí. Entonces una lámpara que colgaba
del techo en el centro de la habitación se prendió y un hombre alto, de poca constitución
física y cabello color dorado se acercó diciendo “Parece que se despertó el
bello durmiente”.
Ya
con la luz encendida pude ver y contar alrededor de seis personas en esa
habitación, todos vestidos de igual manera exceptuando el hombre que me hablaba.
Él estaba vestido con mangas cortas y la cara descubierta, dejando ver su
rostro. Este se puso debajo de la luz y se presentó “Hola, disculpa la rudeza
de mis hombres, pero era en extremo importante que te trasmitiera este
mensaje”.
Dejo
un tiempo como si esperara mi respuesta, pero en tal situación, no salían
palabras de mi boca. Entonces decidió continuar, “Muy bien Nicolás, seré breve,
han aparecido nuevos Masters por la zona y ya no me será posible protegerte,
por lo que te aconsejo que tengas cuidado”.
No
pude evitar responder “¿De qué me estás hablando?”, la respuesta a mi consulta
fue una mirada capciosa. Por lo que continúe increpando “¿Cuándo me protegiste?
¿De qué peligros me estás hablando?”, se acercó aún más a mí y agachándose para
estar a la altura de mi cara me dijo “¿eres idiota?”.
Eso
me enervo por lo que respondí gritando “El idiota serás tú, hablándome de
mierda sin sentido” y en un tono muy bajo, casi un murmullo, me respondió “No
me gustan los mentirosos” luego procedió a agarrar mi camisa con su mano
derecha y desabrocharla violentamente hacia el lado. Dejando ver mi pectoral
derecho y una marca que llevo ahí desde que tengo memoria, a la que señalo y continúo
“A quien quieres engañar, esta marca es prueba de que ya te vinculaste con
algún Familiar”.
Se quedó
mirándome, como si estuviera esperando una respuesta, como si yo supiera qué
decirle. Tras que pase un momento empezó a reírse, hasta el punto de dejarse
caer al piso, “De verdad eres un idiota, es un milagro que sigas vivo”, hasta
que después de unos cuantos minutos de risas se detuvo, limpio sus ojos
llorosos y se volvió a acercar a mí “Mira, yo te explicaré un poco cómo funcionan
las cosas”.
Me
señalo devuelta “Tú eres un Master, una persona que es capaz de vincularse con
otras, una vez te vinculas con alguien este pasa a ser tu Familiar y recibe un
Don”, en ese momento volteo su cabeza y dijo en voz más baja “Hermano
muéstrale” mientras señalaba con la cabeza hacia mí.
Uno
de todos los que estaban presentes se acercó a la luz, extendió sus dos manos
abiertas hacia mí y arriba de ellas se generaron³ dos pistolas4, que
tras aparecer cayeron sobre las manos del familiar, luego este las tiró hacia
sus costados y desaparecieron antes de tocar el piso.
El desconocido
continuo “Es posible que no te hayas dado cuenta de la persona que vinculaste porque
quizás tu Don es muy poco visual, no conoceré todos los dones pero sé que no
todos tienen que ver con hacer aparecer cosas”, yo mientras tanto estaba
desconcertado, no solo por el espectáculo del que había sido testigo, sino porque
como un balde de agua fría vinieron a mí los recuerdos de hace 10 años. Estaba
furioso, no sabía definir correctamente lo que sentía, si era engaño o simple
frustración, pero levante la voz “¿Y por qué me tendrías que proteger? ¿Por qué
me cuentas esto? ¿Que me imp…”
Corto
mi Rabia con un “Shhh”, y continuo “Vamos una por una te parece, Piénsalo de
esta manera para un Master otro Master no es más que un obstáculo, sería
extraño que una persona normal pudiera hacer frente a un Familiar, pero otro
Familiar podría generarle problemas, por lo que la mayoría de las veces
intentaran matar a los Master más débiles evitándose un problema para el
futuro.”
Retrocedió
un poco y continuo “Por otra parte, me da igual si no te importa, al fin y al
cabo es tu vida y tú decides que quieres hacer con ella, pero no sacrifiques en
vano la vida de ese pobre inocente que vinculaste”, Salte de sobremanera
“¿Qué?” y él se explicó “Si un Master muere, todos sus Familiares mueren de la
misma manera, es parte del trato, ellos obtienen un don a cambio de darle su
vida al Master” lo dijo con una increíble solemnidad, mientras que yo me
encontraba intranquilo, la vida de otro dependía de mí.
Mire
a mi alrededor nuevamente, todos ellos voluntariamente le dieron su vida a este
tipo, él se volvió a acercar y me dijo “Repetiré el mensaje, Han aparecido
nuevos Masters en la zona y se me hace imposible protegerte, ahora estas a tu
suerte” posteriormente ordeno a un Familiar llamándola “Loca” que me quite las
esposas y todos los demás excepto ella y él se retiraron.
Me
llevaron hacia la salida, al ver el exterior me di cuenta de que ya era pasada
las doce de la noche y efectivamente estaba en un contenedor en el puerto de la
ciudad. Antes de retirarme el Master me llamo la atención diciéndome “Escucha, te
daré un consejo, busca a ese sujeto que fue tu primer familiar y explícale lo
que ocurre, creo yo que si tu vida depende de alguien por lo menos sería justo
que lo supieras” después agrego “Además, tampoco puede matarte” soltó una
carcajada al final de esto.
Casi
por cortesía quise responder “Mi nombre es Ni…” y él me corto “Nicolás Covai un
gusto, yo soy Alejandro Teseris, si te preguntabas como sé tu nombre, te puedo
decir que me especializo en tener información, creo que cuanto más sepas de tus
enemigos más difícil resultara que te engañen” al terminar la frase busco algo
en un bolsillo de su pantalón, saco una pequeña tarjeta blanca y la lanzo como
si fuera una carta, de manera que quede justo a mis pies. La recogí, tenía su
nombre y número de teléfono. Continuo “No podre protegerte más, pero si
necesitas alguna ayuda no dudes en pedírmela, y descuida ya tengo tu número”
Alejandro
junto a Loca se metieron en el contenedor nuevamente y yo volví a casa.
Nota
al Pie:
- Puntualmente una escopeta Stevens 311D, con el
cañón recortado.
- Puntualmente una pistola Mauser C96.
- El proceso de generación consiste en que el arma
va apareciendo parte a parte y progresivamente con un efecto de color azul (Muy
parecido al efecto mostrado en FFXV).
- Puntualmente 2 pistolas MK-23.